Friday, November 14, 2008

El ataque ochentoso

Si ya de por sí es sorprendente que una banda que tuvo unos cuantos éxitos hace más de veinte años junte cerca de 15 mil personas en un país que le es completamente ajeno, es aún más sorprendente que tantos años después y sin haber lanzado nada relevante en décadas hagan un show tan bueno.
En los 80´s se demostró que el pop (sobre todo el electro-pop) tiene como función primordial entretener, divertir, ser bailable y alegre. Por eso cuando los Duran Duran lanzan al aire un “¡Somos Duran Duran, la banda hecha para festejar!”, la premisa pop igual diversión se vuelve algo concreto e inobjetable.
Está claro que los años pasan para todos, y no es de extrañar que Simon Le Bon, al igual que sus compañeros, se muestra algo frío y no llegue a contagiar del todo lo que se trasmite desde la música: no baila demasiado, no salta demasiado y apenas si tira algunas frases poco comprensibles en un inglés con cerradísimo acento británico incluido. Para colmo, el horrendo sonido con saturaciones que llegaron por momentos a ser poco soportables, sumado a muchos reflectores que incomprensiblemente permanecieron prendidos durante todo el show entorpeciendo la visión, no ayudaron demasiado.
¿Y a pesar de la frialdad de la banda, los problemas de sonido y los molestos reflectores fue un show efectivo? Sí, sin duda. Lo que le falta a Duran Duran de interacción con el público, le sobra en experiencia. Y se nota: hits en momentos precisos, un setlist interesante recorriendo toda su historia, halagos comunes pero siempre efectivos (camiseta y bandera argentina incluida) y hasta una dedicación para el flamante presidente electo de los Estados Unidos, Barack Obama. Cada uno de estos detalles mínimos, sutiles, sirvió para demostrar la calidad profesional de una banda con muchos kilómetros a cuestas y que aún cuenta con bastantes seguidores por estos pagos. A una buena parte de la audiencia (la minoría, pero una buena parte al fin) poco le importaron los desperfectos: a la hora de bailar poco importan los detalles. Por eso mismo el show de Duran Duran fue efectivo: el pop es para entretener, divertir, bailar y alegrarse. Mientras alguien en el show esté moviendo la patita aunque sea tan sólo por nostalgia al escuchar hits de décadas pasadas, nada más importa. Y, a fin de cuentas, fueron muchas las patitas que se movieron.

(Mira que cara de bala que tiene el rubiecito de la foto)

Thursday, October 2, 2008

Mucho es poco

En un día de interminable y molesta lluvia, el frío pareció a aplacar no sólo a las 10 mil personas que llegaron hasta el Club Ciudad para presenciar la tercera jornada del Pepsi Music, sino también a las bandas. Muy pocos músicos se mostraron sueltos y cómodos, y muy pocos shows a lo largo de la fecha demostraron calidad. Babasónicos, como muchas veces lo ha hecho, siguió el ejemplo de la mayoría.
La presentación de estos oriundos del sur del conurbano bonaerense, podría ser calificada como decepcionante sólo si alguien los hubiera visto por primera vez, pero a esta altura, cuando hace tanto tiempo que no presentan algo digno, no muchos podrían sorprenderse del bajo nivel que muestra la banda en vivo. Babasónicos depende de Adrián Dárgelos. No, en realidad, Babasónicos es Dárgelos. Poco importa si el resto de los miembros de la banda está en el escenario, si se mueven, si se están muriendo o lo que sea, el vocalista es el centro de las miradas y ni siquiera hace meritos para serlo. Su estrategia se basa en crear una distancia "profesional" con el público, como si quisiera demostrar que más allá de lo que pase abajo del escenario (e incluso arriba), él se divierte. Pero esta estrategia no es muy efectiva, sus saltos y revoloteos son demasiado ficticios y no logran convencer ni trasmitir la alegría que pretende contagiar.
Está claro que el hombre, al ser la cara del grupo, despierta en pequeños sectores del público una lógica histeria adolescente mezclada con el cholulismo más sumiso, pero de ahí a aplaudir cada uno de sus movimientos hay una distancia enorme. Su voz suena muchas veces endeble y, en aún mayor número de ocasiones, desafinada o forzada. Y algunos problemas en el sonido no hicieron más que destacar las falencias del cantante.
La banda, por su parte, no logra despertar el frenesí y la soltura que narran las letras, muy por el contrario, se caracteriza por su debilidad y su falta de consistencia, además de su tendencia a mantener sus puestos sin moverse un centímetro más de lo necesario.
En cuanto al repertorio, Babasónicos se basó en "Anoche" y "Mucho", sus últimos dos discos, que de por sí son muy similares y repiten viejas fórmulas que le han funcionado a la banda durante bastante tiempo. De esta forma, el show se volvió sumamente repetitivo, siempre manteniendo la misma seguidilla estructurada: tema de rock crudo ("Sin mi diablo"), bailable ("Microdancing"), balada ("Las demás").
Sin duda los dos mejores momentos de la noche llegaron cuando Dárgelos decidió hacerse un poco (no demasiado) a un lado y compartir algo de protagonismo con su hermano Diego Rodríguez, quien lo acompañó en la nueva "Microdancing" y en la clásica "Patinador sagrado". Con la vista de los espectadores puesta sobre ambos hermanos, el incomodo distanciamiento frontman-banda que reinaba sobre el escenario se disipó, permitiendo que los músicos en su conjunto se relajaran y hasta que algunos se desplazaran más de diez centímetros.
Otro aspecto muy destacable fue la puesta en escena basada en efectos lumínicos tan sólidos que hasta lograron la hazaña de mantener a flote el show cuando la parte musical flaqueaba. Las luces (casualmente nombre del último dvd de Babasónicos y también de un tema que estuvo ausente) fueron fundamentales para crear climas porque, sin duda, la banda no puede hacerlo sin ayuda externa.Después de poco menos de una hora y media, Dárgelos y compañía (tal vez deberían llamarse así) abandonaron el Club Ciudad despedidos por una fracción de las 10 mil personas que los ovacionaban en busca de algo más y por un grupo más numeroso que aplaudía despacio y tan sólo por cortesía. Probablemente, Adrián Dárgelos ni siquiera lo note.

Saturday, September 20, 2008

Algunas de las canciones que no me canso de escuchar (Parte I)

Big yellow taxi - Joni Mitchell
Catch - The Cure
They don´t care about us - Michael Jackson
I will - The Beatles
The great beyond - REM
Paint it black - The Rolling Stones
3 agujas - Fito Paez
La ruta del tentempie - Charly Garcia
And she was - Talking Heads
Burn out - Green Day
Electric blue eyes - The Cranberries
Are you in - Incubus
I don´t like mondays - Bob Geldof
Island in the sun - Weezer
White orchid - The White Stripes
Constallations - Jack Johnson
Detectives - Fabi Cantilo
Down to the river to pray - Alisson Krauss
Las flores - Cafe Tacuba
Delnitro - Babasonicos
Rent - Pet Shop Boys
La puerta de al lado - Los Rodriguez
En remolinos - Soda Stereo
Frozen - Madonna
Imagen - Antü

Declaración de principios

Las entradas para REM y Mars Volta cuestan $ 135...
Gogol Bordello no está confirmado...



PERO LA GRAN PUTA!

Friday, September 12, 2008

Un Festival Personalizado (¡PARA MÍ!)

Diría que mi cuerpo está infectado de felicidad pura, pero sería exagerar. Aunque no tanto.
¡Las dos bandas actuales que más me gustan juntas en un mismo festival en Buenos Aires! sumadas a una que adoro desde los 6 o 7 años, sumadas a una que me gustaba mucho cuando tenía 14, sumadas a un tipo que odio y voy a tener lo suficientemente cerca como para apuntarle con mira
¡God Bless Personal!
Desde el Quilmes Rock de 2007 (con Aerosmith) que no estaba tan contento por un recital en mi país. A ver, vamos por partes:
Personal Fest '08, 31 de octubre y 1º de noviembre, Club Ciudad de Buenos Aires
Completamente confirmados:
- REM (me encanta), Jesus & Mary Chain (ni idea), Kaiser Chiefs(me son indiferentes, conozco un solo tema "ruby ruby ruby, do you do you do you") y Bloc Party (ni idea)
Estarían confirmados:
- Mars Volta (my god! que pedazo de banda!!!!!!!!!), Gogol Bordello (idem, con igual cantidad de signos), Paramore (me cae mal), Kanye West (alguien va a entrar con un rifle...), Offspring (me gustaban en 2004, justo cuando cayeron al quilmes...ahora me son indiferentes...)

en fin, alegría para el mundo!

Friday, September 5, 2008

El día que mi barrio fue tapa


Jueves 4 de septiembre. Paso del Rey. La radio dice "Castelar" y agudizo el oído, el locutor dice "trenes" y "estación" y me sobresalto, el parlante suelta "fuego" o "violencia" o algo así. Mierda. Ok, a la facultad no voy ni en pedo.
Sigo la noticia a través de 4 sitios de internet sumado a la ya mencionada radio (Aclaro, en Paso del Rey es un milagro agarrar alguna sintonía que no trasmiota cumbia). Admito que ver fotos de lugares tan comunes en el diario es algo, digamos, pintoresco (de hecho, un par de veces apareció mi apellido en varios medios por causas que tal vez cuente en algunos días) pero sería un poco más divertido que fuera por algo positivo.
A ver, vamos por partes (dijo Jack the ripper), como usuario indignado (adoro esa palabra, es tan de vieja histerica de barrio) y habitué del Sarmiento cuento un par de cosas: se-viaja-como-el-orto. Lo más cómico es que esta situación no tiene que ver con el estado de los trenes (el Sarmiento es uno de los 4 o 5 ramales eléctricos junto con el urquiza, el mitre, otro que no se si es el roca o el belgrano, alguno de esos), bueno, en la mayoría de los casos no tiene que ver con el estado de los trenes, ¡si hasta tenemos 7 de 24 formaciones con aire acondicionado! (que al andar pocas veces y no contar con ventanillas, resulta sumamente conflictivo). El problema está en la clara falta de organización. Los trenes se detienen a diario y en CADA servicio antes de Castelar viniendo taanto desde Once como desde Moreno, esto es lo normal, sin embargo en la mayoría de casos también se detiene 1)antes de moreno al menos dos veces, 2)antes de once al menos 3 veces 3)entre morón y haedo al menos una vez. Obviamente sin ningún tipo de explicación. Alguien (no de la empresa, obviously) me dijo que paran los trenes antes ed Castelar para que los empleados no caminen los 100 metros que separan las estación de los talleres y oficinas, lo cual es posible pese a que la demora puede durar 10-15 minutos...
Si alguien escuchó al salame de nuestro ministro de justicia (notaron que está medio depre desde que se fue su mellizo fernandez?) habrá notado que en ningún momento criticó a la empresa, es más, apenas si la nombró. En cambio no se demoró para culpar a quien tuvo a mano sin buscar pruebas o explicaciones, ¿quién mierda le cree? ¡hasta escuché que los de proyecto sur quemaron los trenes para promocionar la película de Pino Solanas! por dio´...
yo no creo, sino que sé que fueron pasajeros, una minoría, pero pasajeros al fin. Ayer escuché al idiota de Gustavo Gago (que el año pasado tuve la desgracia de entrevistar) diciendo que en argentina no se tolera una demora. yo le respondería que lo que no se tolera son largas demoras diarias injustificadas y sin ningún tipo de explicación ni compensación.
si con alguien estoy de acuerdo es con el Intendente de Morón (god bless him), our beloved, Martin Sabbatella quien dijo que nada justifica la violencia pero que la empresa no puede bridar un servicio tan malo. Es cierto que si no hubiera pasado esto poco se hablaría del estado de los medios de transporte en el oeste, pero ahora que pasó ¿quién me garantiza que vaya a cambiar algo? o mejor aún ¿quién me garantiza que el tema pase de este fin de semana?
Un último comentario que me da una pequeña dósis de orgullo personal: las tres personas que voté el 28 de octubre pasado (Pino Solanas, Maragrita Stolbitzer, Martin Sabattella) salieron a hablar ayer.

Wednesday, August 13, 2008

¡Hay gorro, bandera y vincha!





E
n un país con tal pasión por el fútbol no es de extrañar que todo (absolutamente todo) tome el idioma, las ideas y el colorido de las hinchadas. Esto se ve claramente en la política, donde no sólo hay semejanzas, sino que ciertas costumbres han llegado a igualarse ¿Será por eso que el conflicto por las retenciones móviles que quiso implementar el Gobierno nacional se vivió con tal “pasión”?

El partido había comenzado allá por marzo y había sido un primer tiempo trabado, con cortes, fueras de juego y numerosas faltas que, por una razón desconocida, no merecieron tarjeta alguna. El entretiempo duró tan sólo un mes, pero fue suficiente como para que, cuando el partido se retomó, la pelea fuera mucho más dura. Y fue tan dura que hasta incluyó un empate agónico en el último minuto y una definición por penales con toda la tensión y los nervios característicos de estas instancias.

¿Hubo festejos con banderas, cánticos y afiches? Hubo, ¿Hubo actos de violencia (elemento infaltable en nuestro fútbol? Hubo, y en abundancia. Y también hubo un resultado, aunque no un vencedor definitivo, como si se hubiera ganado una semi y aún no se supiera qué suerte le esperará al equipo en el último partido.

Si al final este conflicto sirvió para algo, fue para que buena parte de la sociedad se diera cuenta de una nueva diferencia entre el fútbol y la política: en esta última, la rivalidad es sólo un concepto, no una realidad y las tribunas no están enfrentadas sino que están una al lado de la otra, en el mismo estadio. Y el debate-partido no es un juego con vencedores y vencidos, sino que es un elemento clave en las construcción de una sociedad que ha demostrado en estos últimos meses lo lejos que está de una real participación política y lo cerca que está de la cultura del “gorro, bandera y vincha”.